Tener hábitos de consumo responsables y sostenibles con la naturaleza es esencial para la preservación de la misma, lo que supone adquirir en consecuencia hábitos de consumo consciente.
¿Cuáles son nuestras verdaderas necesidades? Hacer una parada y pensar en ello de manera detenida es una de las herramientas a considerar.
Cuando vamos al supermercado podemos comprar diferentes productos que en realidad no nos son necesarios en ese momento, pero hacernos la pregunta de si verdaderamente lo necesitamos nos ayudará a discernir y tomar la última decisión, intentando no dejarnos llevar por otros indicadores como la publicidad.
Tomar consciencia es ser consecuente con nuestros hábitos y asumir aquellas responsabilidades que conlleva ser una persona consumidora responsable, es decir tener en cuenta todo el desarrollo de vida útil de un producto y envase, desde que ha sido fabricado hasta que llega a nuestras manos, así como la vida útil que pueda tener a partir de este momento, que en cierto modo es nuestra responsabilidad más inmediata como personas consumidoras. Por estos motivos hoy debemos hablar de las 5 R.
Es importante poner en práctica las Cinco R que consiste en:
Reparar: No hay nada lo suficientemente viejo o estropeado que no se pueda reparar o usar para otro fin.
Reducir: Reducir en todos sentidos: menos insumos, menos desperdicio, menos peso.
Rehusar: La reparación es solo el primer paso; el de objetos o el diseño de los mismos para que sean fáciles de reutilizar.
Rechazar: Debemos evaluar los productos e investigarlos, teniendo en cuenta si son agresivos para nuestra salud y con el medio ambiente. Y reemplazarlos, en lo posible, por aquellos que sean más saludables para nosotros y el planeta.
Reciclar: Crear un artículo que vuelva a la cadena de recursos, que tenga un sistema fácil y robusto para la recuperación de sus materiales, y que use materiales reciclados o reciclables siempre que sea posible.
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