Analizamos periódicamente la fase emocional en la que nos encontramos los porteños dentro del aislamiento que ha provocado la pandemia del Covid-19. Para ello realizamos una consulta a las profesionales de área psicológica del Programa de Bienestar y Salud Mental.
El resultado de llevar 5 meses en confinamiento refleja que, aunque sobrellevamos el encierro con resignación empieza a aumentar la tensión. Cambiamos de estado emocional incluso en el mismo día, pudiendo estar así en tres etapas distintas: Ajuste, Aclimatación y Resistencia.
¿Qué debemos hacer?
Primero veamos esto que es un reflejo del efecto del aislamiento, empieza a pesar mucho a nivel emocional y provoca que la tensión sigue aumentando. Esto se traduce en ansiedad, por un lado, la población demanda que se flexibilicen las medidas de confinamiento para poder salir a la calle un tiempo prudencial como ya lo estamos haciendo; y por otro lado, en incertidumbre y temor por el impacto económico de esta crisis.
Además, ya es palpable el cambio de ciertas conductas, las cuales parecen que se van a seguir manteniendo tras el confinamiento: incremento de la compra online para productos de primera necesidad, mayor atención en nuestra higiene y salud como medidas de prevención, y aumento del teletrabajo, son realidades con las que ya vivimos.
Hasta ahora la mejor estrategia era la del “acompañamiento”, muy útil en las etapas de Ajuste y Aclimatación, pero ahora la sociedad necesita atención para los estados emocionales cambiantes debido a la certidumbre que necesitan para recuperar un estado más positivo.
Hoy les compartimos las fases identificadas que son 7:
- Incredulidad: este primer momento está marcado por la confusión y el miedo provocados por una gran cantidad de información muy imprecisa y la proliferación de rumores de dudosa veracidad.
- Preparación: en esta fase es cuando se empiezan a cambiar los planes, almacenar suministros y a hacer frente al falta de existencia y escasez de determinados productos.
- Ajuste: es el momento en que se empieza a adaptar realmente el día a día a las nuevas restricciones y situaciones nuevas según van surgiendo. Se elaboran las nuevas rutinas
- Aclimatación: en esta fase se afianzan las nuevas rutinas y se hace frente a los retos diarios tanto del aburrimiento o desidia como ante el contacto familiar forzado continuo. Se empiezan a descubrir aspectos positivos de la nueva situación a medida que la gente explora nuevas actividades e intereses en los que dedicar el tiempo.
- Resistencia: aumenta la tensión con el paso del tiempo ante las restricciones de movimiento y una vida social limitada al máximo, algo que afecta directamente en el estado de ánimo y las relaciones personales. Un estado que se agrava ante la incertidumbre sobre cuánto va a durar este confinamiento.
- Alivio: en esta etapa se empieza a sentir alivio y esperanza ante la reapertura de negocios, ya que se vislumbra el final de esta situación. La gente se siente feliz ante la posibilidad de reemprender su vida con normalidad.
- Temor: tras el alivio asaltan nuevas preocupaciones sobre la seguridad laboral y financiera tras esta crisis, cuando las consecuencias económicas empiezan a ser evidentes.
A través del Departamento de Programas Sociales ponemos a disposición de la población el conocimiento profesional de nuestras licenciadas en psicología llegando a varios lugares del municipio, gracias a los medios de sociales, incluyendo radio y televisión; sumándole a estos medios la atención de la línea de ayuda 100, donde nuestro Equipo de Salud atiende llamadas de la población, ya sea para ayuda psicológica o consulta médica.
Recuerda ¡No hay Salud Física, sin Salud Mental!